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UNA ARDILLA UNIVERSITARIA, un cuento de Noelia Mendieta

En uno de los algarrobos más longevos de la Universidad Nacional de Piura, testigo silencioso del ir y venir de universitarios, con cuarenta metros de raíces profundas, erguido y espectador, firme ante los embates del tiempo, vive Arni, una hermosa ardilla nuca blanca, de pelaje gris, con sus guantes negros en las patas y esa cola esponjosa que caracteriza a las de su especie. Arni tiene orejas afiladas y ojos negros, profundos y curiosos, y usa un lindo par de anteojos de carey azul que se le cayó a algún universitario distraído.

Su nariz húmeda y temblorosa ya estaba acostumbrada a los olores de la civilización: chicle Clorets, líquido corrector, plumones acrílicos, humo y baños malolientes.

Todos los días recorría ese paisaje mixto compuesto de edificios viejos o recientes, algarrobos majestuosos y cubiertos de polvo, veredas plomizas, fríos enrejados, cables de luz y teléfono, en medio de un bosque seco sobreviviente. Arni corría sigilosamente junto a sus semejantes, cada vez menos huidizas y ya acostumbradas a la presencia de las personas.

Cada tarde se sentaba con su abuelo en la rama más alta, para ver cómo se ocultaba el sol, y mientras lo escuchaba hablar de aquellos tiempos cuando todos esos edificios de las facultades no existían, se imaginaba que todo ese paisaje actual había sido un hermoso bosque seco, con el suelo amarillo y caliente, con sus árboles de zapote, algarrobo o palo santo; y en vez de estudiantes, habían pequeños zorros, mucas, chirocas y lagartijas. ¡Cómo extrañaba aquellos tiempos!, cuando podían correr y saltar de árbol en árbol sin miedo a chocar con una reja o enredarse en un cable.

El hombre, en su afán urbanizador, había convertido el bosque seco en zonas de cultivo, y luego en modernos edificios. Con el tiempo se ven menos árboles, pero sí más trochas y carreteras por donde transitan combis cuyos tubos de escape están congestionados con ese gas contaminante. Para bien o para mal, el hombre y la ardilla empezaron a convivir…

Arni escuchaba a su sabio abuelo en sus largas tertulias por las tardes y memorizaba cada una de sus enseñanzas, atesorando también hermosos recuerdos de una vida más silvestre.

Por las mañanas seguía un itinerario muy estricto, como el universitario más responsable: escuchando, desde las ramas cercanas a las ventanas de las aulas, disertaciones de Filosofía, inspiradoras clases de Literatura, problemas difíciles de Matemática y muchas otras materias más.

La Economía y Administración de Empresas no son para él. Le gusta la ingeniería, las ciencias y la medicina. Quiere comprender la tecnología y el manejo de las computadoras. Le fascina conocer acerca de las plantas y los animales, pero lo que más le gusta es saber más acerca de ese dolor de cabeza llamado hombre. Cecilio admiraba mucho a Arni. Eran viejos amigos. Ese día decidió acompañarlo a ver al primo Cris, quien siempre reñía con Arni por haber cambiado sus hábitos alimenticios, pues pasó de comer frutos silvestres a comer galletas y tomar restos de Frugos en cajita, las cuales sacaba de los basureros. Palitos de queso, papitas Lays y galletitas bañadas en chocolate también se encontraban en su dieta actual. A Cecilio también le gustaba la nueva dieta, y a veces visitaba por las noches los depósitos de basura para buscar restos del comedor universitario.

Cris, su primo, había tenido algunos accidentes: sufría de dolores de pancita, debido a que se alimentaba con pedacitos de cartón de las cajitas de Frugos. Otro día, se atoró con un sorbete y no podía respirar; hacía muecas raras y los ojos se le salían; nadie entendía lo que pasaba; por suerte, Arni estaba por allí, le hizo la maniobra de Heimlich, y asunto arreglado. Por eso todos admiraban a Arni, tan sabio y tan práctico: aprendía todo lo que podía, como el mejor de los estudiantes universitarios. Contento con el desayuno que le consiguiera Cris, Cecilio siguió su camino a Los Ejidos.


LISET NOELIA MENDIETA LEIVA nació en Tujillo en 1978.

Es Licenciada en Educación Primaria por la Universidad Nacional de Piura. Tiene estudios de maestría en Docencia Universitaria y Gestión Educativa en la UNP, y estudios de Psicopedagogía en UDEP. Trabajó para el MINEDU, en el programa de Soporte Pedagógico. Ha publicado el libro A la sombra del algarrobo (América, 2019). Actualmente, se desempeña como docente en la IEP. Nuestra Señora del Tránsito, Castilla. Asimismo, promociona la lectura a través de la Narración Oral con su personaje clown La Témpora y recreando cuentos con la ayuda de su títere Burroberto.

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